Nos aproximamos al volcán sin conocer cuál será la ruta a seguir para el ascenso hasta el momento en que Paco nos informa que la experiencia será a partir de un punto cercano al parque de los venados, muy abajo de la base del volcán, sorprendidos de esta decisión y considerándolo, emprendemos el caminar a través del bosque con sus bellos y retadores senderos hasta llegar al arista del oso conformado de pastizales, areneros y rocas; ruta peligrosa y demandante de toda nuestra condición física y mental.
Les mencionada anteriormente que la montaña es quien decide si te da la oportunidad de alcanzar su cumbre y así fue: con mi experiencia de haber alcanzado la cumbre del Pico del Fraile (la más alta del Nevado) lograda por el arenal un año antes y alcanzado la cumbre del Águila en 2016, consideré que sería no fácil, pero si el poder alcanzar la cumbre por la Arista del Oso. Paco conocedor de mi experiencia en el Nevado argumentó que si logré cumbre por el arenal (la más demandante) esta ruta sería menos agotadora.....sorpresa..... llegó el momento en que con cada paso hacia la cumbre se sentía que parte de mi ser se desquebrajaba y solamente faltaban aproximadamente 200 a 300 metros para arribar al collado (borde del cráter).
El momento más crítico llegó, sin embargo Paco con su experiencia me pide que pase a ocupar su lugar para el tras de mí verse en la tarea de estimularme y al mismo tiempo exigirme el tolerar el sufrimiento y no detener mi paso; con su experiencia y tolerancia me impulsó logrando coordinar mi andar y respiración de una manera constante con tono fuerte y retándome a dar todo de mi para continuar el ascenso no permitiendo dejarme vencer. El punto de máximo sufrimiento llega refiriéndole que no podía más a lo cual no accedió pidiéndome y ordenándome a no detenerme y haciendo que cada paso por más doloroso, lento y desfalleciente me llevara a la cumbre. Es sorprendente el trabajo en equipo en estas situaciones como debe ser en la montaña, con muestras de solidaridad y ánimo, mis compañeros se sumaron a Paco para alentarme a seguir en la conquista. Minutos después y sorprendido al no desfallecer, aparece ante mis ojos el collado brindándome una panorámica realmente hermosa del cráter y las lagunas, ¡CUMBRE!
Es realmente sorprendente lo que la mente humana puede lograr sobre un cuerpo en sufrimiento ya casi agotado pero con ese anhelo de lograr el objetivo por el cual había estado preparándome y luchando por conseguir.....
Sin más preámbulo les dejo el video de esta gran experiencia....